Yo soy como una muñeca rota.
En el pecho olvidaron
poner un corazón
y me dejaron innecesaria
en un rincón oscuro.
Soy como una muñeca rota,
solo escucho, antes del amanecer,
al sueño quedamente susurrarme:
«Duerme, querida, larga-largamente.
Volarán los años
y, cuando despiertes,
la gente querrá de nuevo
cargarte en brazos,
acunarte, simplemente jugar,
y latirá tu corazón…»
Soloeshorribleesperar.
Nika Turbina