Y si vinieran por nosotras,
iríamos, como la Woolf,
con nuestros libros en la mente,
con nuestro canto por delante.
Y si vinieran por nosotras,
iríamos sabiendo que soñamos lo imposible,
que no dejamos de sangrar porque quisimos,
que no abandonamos en la calle a ningún justo.
Y si vinieran por nosotras,
iríamos con las manos en la nuca,
con el orgullo en alto,
meciéndonos como banderas
con los senos libres de culpa.
Y si vinieran por nosotras,
iríamos porque marchamos,
porque fuimos la tierra,
el caldero,
el agua del rebelde
y el consuelo en la agonía.
Y si vinieran por nosotras,
con sus armas largas,
sus uniformes del crimen,
sus puños de patriarcas psicópatas,
iríamos porque entonces,
si vinieran por nosotras,
es porque habríamos vencido.
Alma Karla Sandoval