Arráncame de la sospecha
de ser nada, más nada que nada.
No existe ni siquiera la memoria.
No existen los cielos.
Delante de los ojos una llanura nevada,
días no remunerables, cristales
de una nieve que se desvanece en el horizonte
–y no hay horizonte–.
Maria Luisa Spaziani
Nada de nada, cavilando y no encontrando esa respuesta que tal vez deseas encontrar.
Un gusto leerte.
Saludos a la distancia.
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